No hay una bala de plata contra la corrupción. Y la voluntad política no es suficiente

Por: Julio Ríos

A cinco años de la creación del Sistema Nacional Anticorrupción se sigue hablando del problema, explicaron expertos en la FIL

 

No existe una fórmula mágica para desaparecer a la corrupción. Si bien la voluntad política mostrada por el actual gobierno de la Cuarta Transformación es importante, de nada sirve si no hay políticas públicas y múltiples herramientas fuertes para combatirla.

 

Así lo señalaron los expertos reunidos en el Foro “Integridad pública: percepción y resultados en el combate a la corrupción”, moderado por la Presidenta del Comité de Participación Social del Sistema Estatal Anticorrupción de Jalisco, doctora Lucía Almaraz Cázares, como parte del Encuentro Internacional de Gobierno y Sociedad Civil que organizan la Universidad de Guadalajara (UdeG) y Transversal Think Tank, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) 2019.

 

El periodista Salvador Camarena dijo que, a cinco años de la creación del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), existe la percepción de que poco o nada ha cambiado, porque no hay corruptos sentenciados. Sin embargo, coincidieron en que debe erradicarse la visión de que la sociedad es víctima de un grupo de políticos corruptos, pues también la clase empresarial se ha prestado a la corrupción.

 

“Si hubo un gobierno priista corrupto, es porque hubo una clase empresarial priista corrupta. Y luego una panista, y hoy, una morenista”, acotó Camarena.

 

“Agradezco el protagonismo de la Secretaría de la Función Pública, que en un sexenio estuvo congelada y un par de años, incluso, estuvo en el limbo. Pero el protagonismo y discurso de todos los días no sirve si no se traduce en actos específicos. Porque si no, a la sociedad nos están pidiendo un acto de fe. En realidad, no están rindiendo cuentas. El Presidente de la República es el político que mejor comunica y menos informa. Es el comunicador excepcional y el opaco por excelencia”, declaró.

 

“No hay una bala de plata para eliminar a los corruptos. Tan es así que en Europa también hay corrupción, como el caso de la Estafa Danesa. En Dinamarca tienen su versión de la Estafa Maestra”, subrayó Eduardo Bohórquez, de la asociación civil Transparencia Mexicana.

 

Amplió así su idea: “Este no es un asunto de echarle ganas, o de discursos, ni de decir que por decreto se arregla el problema. No. Necesitas políticas públicas que incluyan el servicio profesional de carrera, no abandonar el tema de datos abiertos para que puedan ser procesados por la sociedad y documentar cada uno de los temas de la vida pública; mejorar los procesos de denuncia y tener buen periodismo de investigación. Esto supone asegurar la entrega de información pública y los documentos de respaldo. Son tantas cosas, porque una sola, o pocas, no sirven”.

 

Por ello, hay que alertar contra el simplismo de que una sola herramienta resuelve el problema de la corrupción, agregó. Puso el ejemplo de las auditorías, que sólo reflejan si hay alguna discrepancia de acuerdo con la normatividad, pero no describe redes de criminalidad y compadrazgos. Por eso, más bien, se debe de entender que la corrupción y la impunidad son delitos económicos y financieros, no problemas morales.

 

“Un cambio fundamental es que la actual administración haya movido el combate efectivo de la corrupción a la Fiscalía General de la República, con dos turbinas muy poderosas: la Unidad de Inteligencia Financiera y el Servicio de Administración Tributaria”, indicó Bohórquez.

 

El titular de la Unidad de Operación Regional y Contraloría Social, de la Secretaría de la Función Pública, Jesús Robles Malof, señaló que, efectivamente, la corrupción no se termina porque el presidente lo diga; sin embargo, que él muestre ese compromiso es un mensaje poderoso.

 

“Ningún líder va a decir: ‘Es que está difícil, vamos a ver qué podemos hacer’. Nunca. Un líder hace eso que dicen los marineros: vamos a llevarlos a la estrella de Belén. Se equivocan los que piden que termine su sexenio para decir si hubo o no una Cuarta Transformación. Un verdadero líder lo que hace es creérsela en serio. Y este discurso puede ser chocante, pero será efectivo”, apuntó.

 

Alexandra Zapata, investigadora del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) y Directora de Innovación Cívica, explicó que, luego de haber tenido a uno de los presidentes más corruptos en la historia de México, por supuesto que hay una mejor percepción del gobierno con el actual Presidente López Obrador; sin embargo. se pierde de vista que México no sólo es el gobierno federal, sino también sus estados y municipios.

 

“Podemos tener un gobierno federal con cero corrupción. Pero si el mexicano enfrenta extorsión en todos los procesos, y tiene que pagar moches para acceder a todos los servicios, difícilmente vamos a cambiar la percepción y la realidad que viven muchos mexicanos”, recalcó.

 

El Auditor Superior del Estado de Puebla, David Villanueva, explicó que la integridad es importante, y se trata de funcionarios en los que puedas confiar y tengas congruencia, pero se requieren más herramientas y que este sistema anticorrupción abarque a los municipios.

 

“Cuando Eduardo Bohórquez decía que el Sistema Nacional Anticorrupción tardaría diez años en implementarse, me parecía exagerado. Pero llevamos cinco años y se sigue hablando de corrupción. Yo desearía que esperemos que en unos años se hable ya del Sistema Nacional de Integridad y Rendición de Cuentas”, subrayó Villanueva.

 

Informativo 0051